lunes, 5 de noviembre de 2007

Los amigos





































A AURELIO MONARD Y MARTHA ARCINIEGAS, AMIGOS ECUATORIANOS.
FOTOS TOMADAS EN QUITO, ECUADOR Y EN ATACAMES (PLAYA) EN ESMERALDAS, ECUADOR.


Tomo la almohada entre mis manos,
para posar mi cabeza en somnolencia

el mantel
plagado de caricia en alimento

la voz de los amigos que en ternura
me dan más que la palabra

la plaza
el paisaje cada hoja que cae
de los árboles de Ibarra



Con ellos la fuerza telúrica del hombre
en verde conmovido


La voz que escuché algunas veces
en territorio americano
vuelve en otro tiempo hoy cercano
presente en ausencias
y querencias
de un hoy verde movimiento


Vibramos en pintura música arte y escultura
al unísono
en azul de melodía


El silencio
más allá
queda etéreo



Etéreo

Etéreo

Etéreo
Etéreo
Julia del Prado (Perú)
Derechos registrados

Marurí y el mago


Con peroles, retortas y hierbas trabaja el mago. De pronto el batir de unas alas, casi apaga el fuego de las velas que alumbra el recinto. Gira su cabeza y en sus manos ya está Marurí, la mariposa multicolor.

Ella le cuenta historias de su visita a muchos jardines y de la multitud de flores que encuentra, con cuyo polen se alimenta. Y el mago la escucha en su mecedora.

- Quisiera volar más alto, tener más amigos. Y ver el mundo plagado de colores. De fiesta y alegría. Volar y volar alto, muy alto; por jardines, plazas y comarcas. El mago la escucha, contempla su belleza. Recurre a sus artes, le dice:

- Mapa Rupu Rípi, Mapa Rupu Rípi, Mapa Rupu Rípi. ¡Pronuncia tres veces estas palabras mágicas! Y aplaude ¡Plap, plap, plap!. Y Maruri vuela, vuela preciosa.

A medida que sube a los cielos, a la bóveda azul, de mariposa multicolor se convierte en pajarita, en la pajarita Marurí.

Vuela y se desliza por magníficos jardines de flores exóticas, plazas y castillos; selvas y sierras; ríos y mares. Viaja mucho, visita el mundo y un día al fin cansada de tanto volar y de conocer tierras, regresa, guiada más por el resplandor que le alegra el corazón que por el fuego de las velas que alumbran la choza del mago.

Encuentra al viejo amigo con sus peroles, hierbas y retortas Se posa en su hombro y le cuenta historias al oído. El mago escucha a Marurí, feliz por su visita, disfruta con sus relatos. Historias de amor y desamor. Pasión y olvido. Riqueza y pobreza. Guerra y paz.

El mundo no era feliz: sólo había breves momentos de felicidad para el hombre y los otros seres en el mundo. Habían colores, muchos colores, aunque opacados por las sombras, por la bruma.

- Quiero dar alegría, quiero que todo sea una fiesta. ¿Qué puedo hacer?. Y si no soy pajarita, quién sabe…

El mago le dio sándalo, incienso, piñas de pino, cardamomo, sarmientos, flores y hierbas aromáticas y la colocó suavemente en la ventana, diciéndole:

-Vuela, vuela, vuela amiga mía, dulce mariposa, pajarita de mis sueños. Mapa rupu rípi Mapa rupu rípi Mapa rupu rípi. ¡Plap, plap, plap!

Marurí, rí, si, busca la montaña más alta y más lejana, disipa la oscuridad en tu vuelo; busca el último invierno de tu vida, el humo y el fuego del cielo, recoge tus cenizas y por fin, desde el alba de tus sueños inicia tu última lucha para no morir.

La pajarita Marurí vuela y vuela alto, ahora es un ave muy hermosa parecida a una garza, con plumaje de púrpura y oro; de rojo y naranja, de verde, escarlata y rosa.

Al fin ella encuentra la montaña más alta y más lejana, renace, canta una bella canción y vuelve a vivir mil años.

Julia del Prado (invierno 2006)

Publicado en la revista virtual Remolinos, de Paolo Astorga