domingo, 25 de noviembre de 2012

La gata literata. Secundino. Quanah y Cora, los amados comanches; Domitila y Dorotea.


La gata literata

Se ve en el firmamento de un pueblo a una enorme gata de color rojo  intenso sin manchas, con garras medrosas que posa su mirada felina fija e intensa en algún semejante a la que ella cree rival. Es solo amigos  una  "cruel" gata que escribe y se llama Literata.

JULIA DEL PRADO (Perú)
28,10,2012.


SECUNDINO

A Secundino  Ampuero la pesadilla lo despertó pero ya había pasado por  las Tres Piedras. 

nov. 2012.

Quanah y Cora, los amados comanches

Cora espera a su caballero ecuestre Quanah  que ha ido a la guerra con los blancos y ha llevado sus arcos y flechas. Ella ha danzado como Diosa del Sol  para desearle que no sea abatido en estos encuentros y sabe que la ·luna comanche ayudará a su amado hasta ser respetado por Custer allá en Kansas. Mientras tanto Cora cuida su belleza para cuando regrese el guerrero y cocina vasijas donde guardará agua para la gloria de  toda su  tribu.
Cora ha sido perpetuada a través de pocos siglos y vive todavía con nosotros. Su libertad y la libertad de su pueblo ha ganado la batalla y sonríe  junto  a Quanah en su casita de Oklahoma, con otras doncellas.  
La sonrisa y risa del hombre blanco no se compara con la del comanche, porque esta última suena limpia e íntegra.
Cora y su amado ríen en plenilunio en las películas del Oeste y no le temen a la serpiente cascabel.

Julia del Prado (Perú)
15.11.12.
foto de Eva Lewitus
Domitila y Dorotea

Domitila y Dorotea vuelven de su arduo trabajo que se inició de madrugada al haber lavado la ropa de sus clientes y se las llevan ahora bien limpia. Tienen mucho orgullo por su oficio y cuando ya ha reunido su dinero, vuelven a sus casas con alimentos para sus críos y también para sus animalitos. Ellas viven en una especie de callejón, puerta a puerta y comparten un patio común. 

Ahí charlan después de haber almorzado, juegan con los hijos a la ronda ronda, ponen música en un tocadisco viejo y se ponen a bailar un merengue. Hasta sus animales danzan.


Jolgorio que se repite con continuidad, así matan las penas y y se afirman en su naturaleza de mujer roble.


Julia del Prado (Perú)
Lima, 24.11.2012.